Entre el año 2000 y 2011 Hanahan y Weinberg definieron un esquema de características del cáncer como “sellos distintivos”, que de estar presentes determinan su presencia y crecimiento. Entre estos sellos distintivos tenemos: la proliferación celular ilimitada, insensibilidad a los inhibidores de crecimiento, resistencia a la muerte celular (apoptosis), aumento de la irrigación o angiogénesis y capacidad de invasión y metástasis.
Posteriormente a este esquema de características le fueron añadidos los aspectos energéticos del tumor (como por ejemplo un elevado consumo de glucosa) y su microambiente, la mutación genética y la interacción con el sistema inmune; su evasión del mismo y su relación con la inflamación.
Todos estos sellos distintivos han afectado el desarrollo y mejora de técnicas diagnósticas y terapéuticas ya existentes y la aparición de nuevas. Es así como, se han incorporado enfoques nuevos basados en el estudio del genoma (la genómica) de las células tumorales y de las proteínas que están involucradas en su metabolismo (proteómica), de gran utilidad en la toma de decisión sobre la conducta terapeútica a seguir.
Por otra parte, la inmensa cantidad de información que se ha generado del estudio de los distintos sellos a través y las nuevas técnicas diagnósticas, ha hecho necesario el desarrollo de sistemas basados en Inteligencia Artificial, IA y Big Data, específicos solamente al cáncer y su vinculación con otras patologías, a través de sofisticados algoritmos de redes y de reconocimiento de patrones.
Organizaciones sin fines de lucro cómo Cancer Research UK, que se presenta como una institución de caridad dedicada a salvar vidas a través de la investigación, ha propuesto desde 2018 un reto o “Challenge” para desarrollar un navegador equivalente a Google Earth usando imágenes de tumores que permita su visualización a diferentes escalas llegando incluso hasta el nivel molecular.
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