El magnetismo solar
La mayor parte de los planetas del Sistema Solar, se encuentran rodeados por unas envolturas magnéticas de gran tamaño. Se conocen como magnetosferas y son producidas por la actividad en el interior del planeta. Estas magnetosferas forman las mayores estructuras del Sistema Solar, llegando ser entre 10 y 100 veces más grandes que el propio planeta. El viento solar interacciona con estos campos magnéticos moviéndolos y deformándolos.
Su forma viene dada por la intensidad de las líneas de campo magnético. Además, estas líneas de campo magnético interactúan con las partículas cargadas que llegan desde el Sol. Estas partículas con carga eléctrica están presentes en toda magnetosfera, aunque la composición y densidad de estas varía de un planeta a otro
El movimiento de estas partículas genera grandes campos y corrientes eléctricas, que modifican el campo magnético presente y este, a su vez induce corrientes eléctricas que modifican la trayectoria de las partículas.
Nuestra Estrella es muy activa magnéticamente hablando. Tiene un campo magnético muy intenso y variable, que va cambiando año a año. Cambia la orientación de sus polos cada vez que alcanza su máximo de actividad, que ocurre una vez por ciclo. Estos ciclos se conocen que tienen una duración de unos 11 años aproximadamente.
También, la actividad magnética del Sol produce numerosos efectos, que todos juntos se conocen como actividad solar. Estos efectos son llamaradas, prominencias, manchas en su superficie y diferencias en el material eyectado en el viento solar.
Algunos de estos efectos también pueden verse desde la Tierra. Por ejemplo, las Auroras Boreales, pueden verse en latitudes próximas al norte geográfico del planeta. También se producen a menudo interferencias con los satélites de radiocomunicación y en tendidos eléctricos.
El material que compone el Sol se encuentra en estado de plasma, está compuesto de gas ionizado, o un gas cuyos átomos han sido despojados de parte de sus electrones originales, y se han cargado eléctricamente, es un estado de la materia semejante al gaseoso, pero con distintas propiedades a las de un gas frio. Entre ellas se cuentan la tendencia del plasma a conducir la electricidad, o su gran respuesta a los campos magnéticos.
Al ser “gaseoso” hace que no toda la Estrella rote a la misma velocidad, haciendo que en el ecuador la velocidad sea mucho mayor debido a la conservación del momento angular. Este movimiento diferencial es el principal causante de las variaciones de su campo magnético
Este entrelazamiento de las líneas de campo hace que el Sol se comporte como una gigante dinamo magnética, creando y haciendo desaparecer constantemente nuevas líneas de campo. Este ciclo magnético del Sol dura 11 años, es decir que cada 11 años se produce una inversión de los polos.